viernes, 17 de enero de 2014

NUESTRA DOCTRINA PENTECOSTAL I

SERMON PENTECOSTAL- HOMILETICA-UNCION- PODER DE DIOS- ADORACION- DISCIPULADO- CRECIMIENTO

Sábado, 11 de Enero de 2014

Según creemos, nuestro evangelio debe ir acompañado de Poder de Dios. El evangelio que Pablo predicó, no fue un evangelio social sino el evangelio que "es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree" (Rom. 1:16). A los efesios Pablo dice, "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa" (Efes. 1:13). El evangelio transforma, hace milagros. La confusión esta en definir ‘que es poder de Dios”. Estar ungidos no es dar gritos y saltos, dice el Dr. Samuel Vila : “ La cuidadosa preparación del sermón no es, empero, suficiente sin el poder o fuego del Espíritu Santo, que no siempre es el fuego del entusiasmo humano que se expresa con enérgicos gestos y grandes gritos, sino aquella unción de lo Alto que da al sermón ese algo inexplicable que no se adquiere por medios humanos pero lleva a los corazones de los oyentes la impresión de que el mensaje es de Dios, porque es Dios mismo revelándose al corazón del que escucha la Palabra. Si ambas cosas vienen unidas en el sermón, el predicador no podrá menos que ver de su siembra espiritual abundantes frutos para vida eterna”.

No puede haber un trabajo eficaz para hacer discípulos si no hay poder de Dios. Por eso la adoración es esencial para la iglesia, pues atrae al E.S. Ignorar la adoración es ignorar al Espíritu, ignorar al E.S es ignorar a Dios. Apagar el fuego del Espíritu es rechazar el poder de Dios. El Espíritu de Dios o el Santo Espíritu es Dios al alcance, y el Espíritu de Dios o el Santo Espíritu es siempre Dios en acción. En general, el Espíritu de Dios, o el Espíritu de Jehová, representa la energía o el poder de Dios trabajando hacia un fin determinado.

Simón el Mago pensó que los Apóstoles por sí mismos realizaban las curaciones por obra de magia y no por el poder de Dios, y que por la imposición de las manos llenaban del Espíritu Santo a quienes creían en Dios por medio de Jesucristo que ellos anunciaban. Imaginó que ellos lo hacían por un conocimiento superior de la magia, y ofreció dinero a los Apóstoles para que le dieran el poder de conferir el Espíritu Santo a quienes él quisiera. Pedro le dijo: «Quédate con tu dinero para tu perdición, porque quisiste conseguir con dinero el don (poder) de Dios. Tú no tienes parte ni suerte en esta doctrina, porque tu corazón no es recto ante Dios. Veo que has caído en la hiel de la amargura y te ha atado la iniquidad» (Hecho 8,20-23). Este texto describe el poder de Dios como un “don”, algo que nosotros recibimos, no que tenemos o como una capacidad humana.

¿Cómo adquirir ese poder? El crecimiento de la iglesia es una tarea compartida entre Dios y el hombre. La iglesia crece mediante el poder de Dios y el sabio esfuerzo de la gente. Mientras que esperamos que Dios obre en lugar de nosotros, Dios está esperando obrar a través de nosotros. (RW). Todo comienza en un encuentro con Dios, cuando nuestras capacidades humanas se encuentran con las capacidades de Dios, mediante el E.S.

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