Iglesia Roca de Salvación
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Salmo 138:3
El día que clamé, me respondiste; fortaleciste el vigor de mi alma. (Reina Valera 1995)
Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas. (Nueva Versión Internacional)
Cuando oro me respondes y me animas dándome la fuerza que necesito (Traducción de pensamiento hebreo)
Verdaderamente el poder muscular sirve de muy poco en muchas situaciones extremas de la vida, he visto a gigantes llorando, y hombres enfermizos y endebles actuar como gigantes, el poder que objetivamente ayuda en los casos gigantescos que nos presenta la vida y el ministerio, es el poder interno espiritual, infundido por Dios en nuestros corazones, el texto dice: “infundiste mucho valor”. Dios nos da fortaleza en nuestra alma para soportar las cargas, resistir las tentaciones y cumplir los deberes en medio de un estado de aflicción y desanimo, nos fortalece para aferrarnos a Él por fe y no abandonar el ministerio, y esperar con paciencia los acontecimientos. La palabra “Alma”( nefeš), siempre está asociada con nuestro sistema psíquico: (a) es el asiento del apetito físico (Nm. 21.5; Dt. 12.15, 20–21, 23–24; Job 33.20; Sal. 78.18; 107.18; Ec. 2.24; Mi. 7.1; (b) la fuente de las emociones (Job 30.25; Sal. 86.4; 107.26; Cnt. 1.7; Is. 1.14); (c) la voluntad y la acción moral (Gn. 49.6; Dt. 4.29; Job 7.15; Sal. 24.4; 25.1; 119.129, 167).
Hay momentos en la vida en que necesitamos una catarsis emocional, una purga, una evacuación o eliminación, de todos los prejuicios e ideas preconcebidas que nos impiden tratar con limpieza a los demás. Son tantos los problemas y las traiciones, que quedamos paralizados mental y emocionalmente. Nuestra mente llega a un limite, en el que no genera ideas y notamos que no podemos forzar más nuestro sistema pensante sin que nos ocurra un desbalance en la personalidad, esos son los momentos en que necesitamos pedirle a Dios que fortalezca nuestra alma (sistema psíquico),que nos imparta esa fuerza espiritual que nos permite enfrentar con éxito nuestras pruebas y adversarios, vencer las tentaciones y los agentes del mal, ese vigor que te permite actuar mas allá de lo normal, en fe, que nos capacita para depender de su gracia, y no tener miedo a lo que pueda ocurrir y como valla a terminar. Si estas pasando por un momento en el que no tienes respuestas afectivas para tus problemas, si tienes una conciencia reducida del entorno que te rodea, si crees que las cosas no son reales, y que ni tu mismo eres real, todo eso se resuelve cuando el Espíritu de Dios llega a tu alma, entonces ese Espíritu actúa en ti, como actúo en Elías, ese Elías que quería morirse debajo del enebro, ese Elías que estaba escondido en una cueva, era el mismo que fué lleno de poder y salió para enfrentar su ministerio nuevamente.
Envíenos su texto favorito para analizarlo, y compartirlo con los lectores.
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