Cristocentricos Juan 18:36

Iglesia Roca de Salvación

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Rev. Samuel M González

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Juan 18:36

—Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo. Nueva Versión Internacional


He leído innumerables libros sobre el tema; “el cristiano y la política, la religión y el estado”, etc. pero quizás la que mejor describe lo que creo con referencia a este tema es la Doctora Alba Llanes, ella comenta:”Nosotros los cristianos, no somos ni de derecha ni de izquierda, ni del centro, somos de arriba, en virtud de nuestro nuevo nacimiento tenemos la mente de Cristo, que se renueva a medida que adquirimos conocimiento de Dios. No somos ni idealistas ni materialistas, ni republicanos ni demócratas, ni comunistas ni capitalistas, somos cristianos y punto, no estamos suscritos a las ideas de ningún partido sociopolítico, vemos las cosas desde el punto de vista cristiano, no contemplamos los reinos del mundo con la mente de Nabucodonosor que veía los reinos del mundo como una estatua de oro, sino que vemos los reinos del mundo como bestias feroces, como los veía Daniel el vidente”.
Si Jesús hubiera querido enarbolar la bandera de la rebelión y entablar batalla, podría haberlo hecho con la máxima facilidad. Pero deja bien claras sus credenciales regias, e igualmente claro que su Reino no se basa en la fuerza, sino que se establece en los corazones. Nunca habría negado Jesús que se proponía la conquista; pero era la conquista del amor. El reino de Cristo no es como el imperio romano u otro gobierno humano. No es de la misma naturaleza, y no tiene el mismo propósito. Pilato no tenía comprensión alguna de algún reino no de este mundo. El reino de Cristo fue establecido aquí en la tierra, pues los seguidores de Cristo son los ciudadanos de su reino, pero el origen de su reino no era terrenal (no era de la voluntad o fuerza humanas). Jesús nos dice en que consistía ese Reino, residía en establecer la verdad de Dios en el mundo Cristo había venido al mundo: para dar testimonio de la verdad, para decirle a la humanidad la verdad acerca de Dios, acerca de sí mismo y acerca de la vida. El verso 37 dice “Respondió Jesús: Tu dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio á la verdad. Todo aquél que es de la verdad, oye mi voz”.Queda claro entonces que no hay verdad sin Reino, y no hay Reino sin Verdad, estos conceptos son uno en la mente de Cristo, el es la Verdad y el Reino a la misma vez. Los días de las conjeturas, de las medias verdades y del andar a tientas se habían terminado. Jesús vino a decirnos la verdad, que a su vez es el único Reino. Esa es una de las grandes razones por las que no tenemos más remedio que aceptar o rechazar a Cristo. No hay término medio en relación con la verdad. O la aceptamos, o la rechazamos; y Cristo es la verdad. Esa es también la gran razón de ser de la iglesia, no es la de constituir poderes políticos como algunos quieren, sino instituir la verdad de Dios en la tierra, ese es el único reino que estamos mandados a establecer en la tierra, toda otra solución que se proponga a la humanidad es ajena a la Biblia, es proponer soluciones humanistas