Iglesia Roca de Salvación
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Haya en vosotros esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús: Existiendo en forma de Dios, él no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse; sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres; y hallándose en condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!
Hoy estamos contestando el tema propuesto por Jorge Eliezer Uyazan Sandoval, su correo dice, entre otras cosas: “me gustaría que me apoyara en un tema que me preocupa y me gustaría desarrollar: es el compromiso del hombre con la iglesia, con el compromiso de contribuir a la edificación de la iglesia aun por encima de sus propios intereses, de poder despertar o motivar en el discipulado al llamado de Dios, a la Gran Comisión…
Los cristianos, en sentido general, no saben que el compromiso es vital para recibir cualquier bendición de Dios, las palabras solamente no bastan, ni los buenos mensajes, todo lo que podamos decir necesita ser respaldado por el compromiso personal, para que las bendiciones se haga realidad , no solo en nosotros sino también en la de los demás, Santiago dice : Si un hermano o una hermana están desnudos y les falta la comida diaria, y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, calentaos y saciaos”, pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? ( Santiago 2:15,16) Hacer compromisos es una parte natural y necesaria para convivir y progresar en este mundo. La ley prohíbe a los menores contraer compromisos, ya que por su inmadurez no son capaces de responder en el día de mañana por lo que afirman en el día de hoy. Sin embargo, a los adultos se les permite contraer matrimonio, hacer negocios, desempeñar trabajos profesionales y votar en elecciones. Además, la ley tiene provisiones para castigar a aquellos que ignoran sus compromisos, ya que perjudican la confianza, los intereses y los compromisos de otros. De la misma manera, ser cristiano es un compromiso y nadie debe bautizarse sin entender que sumergirse con Cristo es comprometerse, no con los hombres, sino con Cristo. Aceptar un cargo en la iglesia es contraer un compromiso, no con los hombres, sino con el Espíritu Santo (Hechos 20:28). Dios sabe castigar a aquellos que violan sus votos de matrimonio, sabe también recompensar a aquellos cristianos que pisotean a Cristo y a aquellos líderes que faltan a su cargo. Cabe recordar a nuestros lectores lo serio que son los compromisos, también queremos que observen que con el paso del tiempo, se nos olvidan los compromisos y en su lugar queda confusión de mente, falta de dirección, sueño y comodidad. Esto no debe sorprender a nadie, ya que es una ley de la ciencia que todo lo del universo tiende a descomponerse con el tiempo. Todo se gasta. Los compromisos no son excepciones y a menos que se reafirmen, tienden a caerse.
La iglesia y cada miembro en particular necesitan renovación o avivamiento. Los carismáticos y Pentecostales no tienen un monopolio sobre ninguna de estas palabras bíblicas, las cuales no se refieren a experiencias emocionales pasajeras, sino a decisiones de la voluntad. Usamos muy correctamente estas palabras al señalar la necesidad del arrepentimiento y la recuperación del primer amor (Apoc. 2:4-5). Son palabras que enfocan el arrepentimiento de los ya convertidos y la restauración de éstos a su condición anterior. Todos, de vez en cuando, necesitamos avivarnos; una metáfora favorita en el griego clásico de convertir las ascuas dormidas en llamas, de refrescar un fuego que está por apagarse o de mantener el fuego en su condición óptima. En su última carta, este fue el consejo de Pablo a Timoteo en cuanto a los talentos que éste tenía para la obra del Señor (2 Tim. 1:6). La iglesia o el miembro que no práctica el avivamiento se muere con el tiempo.
En el año 1983 Daniel Yankelovich y Asociados llevaron a cabo una encuesta y encontraron los siguientes resultados: (1) 25% de los trabajadores dijeron que estaban trabajando a plena capacidad; (2) la mitad dijo que no se esforzaba más de lo necesario para seguir conservando el empleo; (3) 75% dijeron que podrían desempeñarse mejor de lo que lo estaban haciendo y (4) 60% dijeron que no trabajaban tanto como solían hacerlo. ¿Cuál es la razón por la que muchos no se comprometen con un ministerio?” ¿A quién echamos la culpa?, porque como dijo un expresidente americano,” La victoria tiene muchos padres, pero la derrota siempre es huérfana. ¿Es justo echar la culpa a los conferencistas y especialistas? ¿Será que todavía no han descubierto los métodos correctos para alcanzar y conservar a una nueva generación que aparentemente no responde a los métodos que dieron resultados en generaciones pasadas? ¿Es justo echar la culpa a las estructuras denominacionales y al personal de la denominación? Después de todo, ellos han sido pagados para desarrollar programas y materiales que den como resultado el crecimiento en las iglesias. Tampoco podemos dejar sin censura a los seminarios. Después de todo, su tarea es entrenar y equipar a ministros para desarrollar iglesias conscientes de su responsabilidad de la Gran Comisión. Seguramente que una parte de la culpa por la indiferencia actual de la iglesia debe cargarse sobre el personal en los seminarios. Son irremediablemente anticuados, según mi pensar. El énfasis es demasiado académico y teológico. De todas maneras, los “boomers” no quieren teología. ¿Por qué los seminarios no nos enseñan lo que realmente da resultados? En un nivel más fundamental podemos culpar al pastor local. Es la única persona que realmente puede motivar y traer cambios a su iglesia. Los pastores de hoy simplemente no sienten un verdadero compromiso con su llamado. No están dispuestos a pagar el precio como los gigantes de generaciones pasadas. Están tan sofisticados que no quieren “ensuciarse las manos” con tareas como la de iglecrecimiento. Están buscando alguna fórmula fácil que dé el crecimiento instantáneo. Quieren una salida fácil, una manera de hacer que su iglesia crezca sin que les cueste demasiado trabajo. Han perdido su pasión por el ministerio y la evangelización. ¡Ellos tienen la culpa!
Mientras estamos echando culpas, no podemos dejar fuera a los miembros de las iglesias. La mayoría de las iglesias estaría creciendo si los miembros no fuesen tan indiferentes y faltos de consagración. No quieren ni dar, ni visitar, ni enseñar, ni ofrecerse como voluntarios para nada. Simplemente no tienen interés. Están más adaptados a las comodidades que al evangelismo. Nosotros los ministros anunciamos y promovemos programas de visitación, pero solamente unos pocos fieles llegan para participar. EN FIN, TODOS TENEMOS LA CULPA, NOS FALTA QUEBRANTAMIENTO.
Un compromiso puede definirse como, una obligación contraída, una palabra dada, una fe empeñada, y esto es con Dios. Donde haya un creyente, debe haber un testigo. El mandato de Cristo hacia los suyos nos constituye en personas comprometidas ante un mundo que se pierde. Lo que ha pasado es que no todos los creyentes, ni todos ministros tienen el mismo nivel de compromiso, quizás por razones personales.
No se encontrará la solución en los métodos, modelos, ni en estrategias de mercadeo, no es que estos elementos no sean importantes; simplemente no son los primarios. El movimiento que enfoca este tipo de crecimiento en la iglesia puede haber producido, sin querer, una cierta actitud carnal, creando así la ilusión de que el crecimiento será resultado de la implementación de ciertos métodos o programas. Tal manera de pensar es equivocada y carnal. Cualquier programa, modelo, método o estrategia de mercadeo, no va a hacer crecer su iglesia. Las Sagradas Escrituras nos enseñan en forma clara e insistente que Dios es el único que puede hacer crecer su iglesia (1 Corintios 3:5-10). El intento de producir el crecimiento por medio de la utilización de ciertos métodos es querer hacer lo sobrenatural por medios naturales. Esto ha producido una gran confusión en muchas congregaciones, donde han utilizado una serie de métodos para avivar estas iglesias estancadas, pero sin resultado positivo. En algunos casos se han amontonado fracaso sobre fracaso, a tal punto que algunas iglesias sienten rechazo hacia el término “iglecrecimiento”.
El secreto está en el Espíritu Santo, una persona avivada por el Espíritu Santo es una persona comprometida, por eso Cristo les dijo a los discípulos que antes de salir a evangelizar primero fueran a Jerusalén a recibir el Espíritu Santo, Los métodos no sirven para hacer crecer la iglesia por varias razones
- Primero, no se puede transferir el contexto. Lo que funciona en la costa occidental de un país donde hay una comunidad urbana con espíritu metropolitano no tendrá pertinencia en el interior rural del mismo país. Cuando imponemos un modelo que ha dado éxito en un sector en un contexto distinto, puede que resulte ser un inmenso monumento al fracaso.
- Segundo, no se puede transferir los dones y la personalidad. Lo que da buenos resultados para un líder dotado de ciertos dones no funciona para uno con una mezcla distinta de ellos. Esto no quiere decir que uno es menos dotado o que tiene menos importancia en la obra del reino. Simplemente cada quien es diferente. Si uno intenta copiar el estilo de liderazgo y los métodos de otro, el resultado será que uno es visto como el imitador de un cantante famoso. El público puede entretenerse o divertirse con una o dos canciones, pero después se cansa de la falsedad.
- Tercero, no se puede transferir la espiritualidad. Su intento de copiar un modelo que funciona en un lugar puede resultar en la negligencia de sus propios dones espirituales y los de su iglesia.
Cuarto, no se puede transferir los dones únicos de una congregación específica. No es únicamente que el pastor de esta iglesia modelo es persona dotada en forma especial, pero también los miembros de su iglesia tienen dones únicos. - Quinto, no se puede transferir el tiempo y la madurez. Posiblemente ha costado años de trabajo diligente de parte de esta iglesia modelo, haciendo encuestas, experimentando y elaborando programas especiales para lograr la dinámica en el ministerio que tienen hoy en día. El pensar que uno puede duplicar ese ministerio de la noche a la mañana es tontería absoluta.
1 comentario:
!Que falta hace que un profundo y genuino sentido de compromiso con Dios le ceda el paso al soplo del Espiritu Santo y asi reavivar los pabilos humeantes de muchas vidas que tibiamente se creen consagradas.
Como siempre, Dios le sigue usando, me satisface haber aprendido lo bueno de usted y de su esposa durante el tiempo que fueron mis pastores.El compromiso que siento para con Dios me ensena a permanecer siendole fiel.
bendiciones, Dahaiana.
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