martes, 22 de diciembre de 2009

El embarazo de Maria Mateos 1:18-24


IGLESIA ROCA DE SALVACION



El nacimiento de Jesucristo fue así: Su madre María estaba desposada con José; y antes de que se unieran, se halló que ella había concebido del Espíritu Santo. José, su marido, como era justo y no quería difamarla, se propuso dejarla secretamente. Mientras él pensaba en esto, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que ha sido engendrado en ella es del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Todo esto aconteció para que se cumpliese lo que habló el Señor por medio del profeta, diciendo: He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emanuel, que traducido quiere decir: Dios con nosotros. Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que ella dio a luz un hijo, y llamó su nombre Jesús.

La Navidad comienza con la anunciación del ángel a María, le dice que tendrá un hijo, por obra del Espíritu Santo y que llamará su nombre Jesús. Dentro de ese anuncio, el ángel le señala que su parienta Elizabet había concebido en la vejez. María, una vez oída la noticia, parte inmediatamente para casa de su prima Elizabet, dice el Dr. Lucas en el capitulo 1: He aquí, también tu parienta Elizabet ha concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes para ella que era llamada estéril. Porque ninguna cosa será imposible para Dios. Entonces María dijo: — He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de ella. En esos días se levantó María y fue de prisa a una ciudad en la región montañosa de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Elizabet.
Al regreso de su visita a Elizabet, el embarazo de María ya era evidente, ahora era la comidilla de todo el mundo que la veía. María “volvió a su casa,” la de sus padres, familiares, o la de su esposo. Depende de si habían celebrado las bodas o sólo los desposorios, algo que el texto no especifica. Se plantea a este propósito un problema clásico: Cuando se descubre la concepción virginal milagrosa de Jesús, ¿María estaba sólo “desposada” con José o era ya su verdadera “esposa”? ¿Qué valor tienen las expresiones que se usan aquí para narrar esto?

Tres términos entran aquí en juego: son los siguientes:

El verbo “mnesteo”: casar o desposar; el cual se traduce en nuestro texto como desposada. El verbo zunersomai: cohabitar, vivir juntos en una casa, o también, aunque raramente, relaciones conyugales, el cual se traduce en nuestro texto como “antes de que se unieran”; el tercer verbo es paralambano, que se traduce, recibir, y, según algunos, “retener.”
Ante todo, conviene destacar que la tradición cristiana se divide al precisar el estado de María a la hora de la concepción virginal de su Hijo. Así, se encuentran representantes que interpretan el verbo “unieran” de uso matrimonial-sexual, y que, en este caso, sería la afirmación por el evangelista de no haber mediado en esta concepción, ni antes del nacimiento, relación conyugal alguna, es decir, José y María nunca habían tenido relaciones sexuales. Juan Crisóstomo, Ambrosio y Jerónimo, son de esta opinión. No habiendo unanimidad en la tradición sobre este punto, parece lo más probable concluir, por la lectura del texto, que se trata del desposorio, por las razones siguientes:
  1. El sentido normal del verbo paralambano es el de “recibir.” En la lengua griega profana se usa también para expresar el matrimonio. Si se quiere suponer que María ya estaba casada, “el verbo debiera entenderse en el sentido de retener, conservar, mantener; pero tal sentido no lo tiene este verbo.” Cuando el texto dice que José recibió a su María quiere decir que se caso con María
  2. En Mateo, el verbo paralambano siempre se usa en el sentido de tomar a uno por socio; no de retener.
  3. El verbo mnesteo, tanto en el griego clásico como en el de la koiné, puede significar indistintamente casar o desposar. Es el contexto el que ha de decidir. En este caso esta diciendo que José estaba desposado con María Vr 18
  4. El verbo zunersome no parece que pueda significar, en este pasaje de Mateos, relaciones matrimoniales, pues Mateos mismo, o el traductor, expresa éstas en el mismo pasaje por el conocido eufemismo matrimonial hebreo de “conocer.” Así dice, probando la virginidad de María en la concepción y parto: “Y (José) no la conoció hasta que dio a luz su hijo.” ¿Por qué suponer que lo que es un término técnico hebreo, “conocer,” para indicar las relaciones conyugales, es expresado en el v.18 por un verbo que no es normal (zunersome), cuando unos versículos después, y hablando del mismo tema, lo expresa por la traducción material del eufemismo hebreo (yada') (yoda')=conocer) técnico por relaciones conyugales?
  5. No está en contra de esto el que se llame a José “marido” de María si estuviese desposada. Ya que los desposorios (qiddushín) en Israel tenían casi el valor jurídico de matrimonio, por lo que “marido” puede traducir indistintamente a “marido” o “desposado” .Ni tampoco, por lo mismo, es objeción el que José piensa “repudiar” a María. Pues este término, si bien es técnico para indicar la disolución de un matrimonio; como el desposorio tenía unas características tan especiales en Israel, no se podía repudiar a una desposada si no era mediante el libelo de repudio.

María, por lo tanto, según nuestra opinión, estaba desposada, no casada con José. Así, pues, antes de que José llevase a María a su casa, (el matrimonio se solía celebrar al año siguiente del desposorio), antes de que conviviesen, en cuyo acto consistía el acto jurídico matrimonial (nissuín), se halló que María había concebido “por obra del Espíritu Santo,” expresión que evoca el AT, y donde se indica la acción “ad extra ” de Dios, es decir una operación que la Trinidad realiza hacia fuera del círculo trinitario, como la creación del universo, la revelación, la salvación de los seres humanos.
Este hecho produjo un desconcierto en José, pues su “desposorio” era a un cuasi contrato formal de matrimonio. ¿Qué hacer? 1) Podría denunciarla ante un tribunal para que anulase “legalmente” el desposorio; 2) retenerla, celebrando el matrimonio y llevarla a su casa; repudiarla, bien en público, excusándola y sin pedir castigo, o privadamente, mediante “libelo de repudio” ante dos testigos y sin alegar motivo .Y por fin, dejarla ocultamente marchándose de Nazaret dejando que las cosas se olvidasen. José, porque era “justo” (hebreo: tzadik griego: dikaios), es decir, porque era recto en su conducta ante Dios y ante los nombres (aunque en este término caben muchos matices), acuerda “repudiarla en secreto,” darle el libelo de repudio secretamente y sin fecha para que ella pudiese salvar mejor su honor. José ante los hechos cree en el honor de María; si no, hubiese obrado de otra manera. Sin embargo, por un sentido de honor, socialmente redundante en su Hijo se pensaría que el matrimonio, jurídicamente, ya se hubiese celebrado.

Cuando pensaba realizarlo, después de fuertes dudas y reflexiones, llegó la intervención divina a través de “un ángel del Señor.”. En él se le revela el misterio que se ha realizado en María. No debe “temer” en tomarla por esposa, pues no es ningún mal, sino un gran privilegio para él la obra de la acción divina. Y se le ordena que le ponga por nombre Jesús. María “dará a luz un hijo,” pero tú “le llamarás Jesús.” Es José quien va a transmitir al niño “legalmente” los derechos mesiánicos, pues es de la casa de David (v.20).Jesús, que es su nombre propio y el que contiene la misión que viene a realizar, transcripción del arameo Yeshuá, es decir,“Dios salva,” porque “salvará a su pueblo de sus pecados.” Interpretación del evangelista o su “fuente.” Obra eminentemente espiritual, frente al mesianismo político y nacionalista esperado. La fórmula con que Mateo transmite esta obra del Mesías es la misma con la que se habla de Jehová en los Salmos: “El (Dios) redimirá a Israel de todos sus pecados” (Sal 130:8). Jesús, el Mesías, realizará lo que se esperaba en el AT, que haría el mismo Dios, su misión era perdonar pecados, no instituir un reino político como se esperaba. Sugerencia muy fuerte, ya en el comienzo del evangelio, de que ese niño era Dios.

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