Exito segun Dios. Lucas 1:15

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LA VERDADERA GRANDEZA

Lucas 1:15

Pero el ángel le dijo: — ¡No temas, Zacarías! Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elizabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Tendrás gozo y alegría, y muchos se gozarán de su nacimiento, porque él será grande delante del Señor. Nunca beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre.

Mateos 11:11

De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.

Si observamos la vida de Juan el Bautista, nos damos cuenta sin mucha dificultad, que era de todo, menos grande, no era rico, no tenia influencia política o religiosa, ¿A que grandeza se refiere el ángel? Mi amigo, el estándar del cielo es diferente al estándar del mundo. No creo que Dios haya leído los libros de Zig Ziglar,”Nos veremos en la cubre” y “Mas allá de la cumbre”, tampoco creo que Dios haya leído los libros motivacionales actuales y los libros de planificación eclesiástica que tanto hablan de éxito y crecimiento, pero créame que el éxito según Dios es mucho mejor, la forma de llegar a el, es también muy diferente. Hay una estimación de grandeza para el mundo y otra estimación de grandeza para Dios, la primera difiere mucho de la segunda, la primera es temporal, efímera, falsa, la segunda es eterna, cierta. La grandeza de Juan era conforme a la norma del cielo. A los ojos del Señor era un gran hombre, aunque vivía en el desierto, comía miel silvestre y vestía ropa tosca de piel de camello.
Útil no es grande, realmente algunos nacen grandes, otros reciben la grandeza, la mayoría de nosotros, sino todos, no tenemos aspiraciones de grandeza terrenal, y aunque la tuviéramos, no tendríamos el modo de llegar a ella, porque soñar no es suficiente, como han hecho creer los motivadores, no tenemos la mayor expectativa de llegar a ser grandes según el sentido humano. Perdone que le rompa su globo de aire, soñar no es suficiente, cuando se termina de soñar, hay que levantarse de la cama, ponerse las botas e irse a trabajar, a eso se le suma que Dios no tiene el mismo plan para todo el mundo ni para todas las iglesias. Pero aunque esto es verdad no es una razón suficientemente grande para que renunciemos al éxito, todos sentimos mucha afinidad por el éxito, y no es malo ese sentimiento, lo malo es que olvidamos que las llanuras son tan necesarias como los montes, ¿Que haríamos si todo el globo terráqueo fuera una colección de montanas? Por eso el poeta dice “No des solo tus alabanzas a las cosas elevadas, tan eternas como las montanas son las llanuras”. Es mejor ser útil que ser grandes, y se es útil porque se es grande, podemos ser útiles sin grandeza terrena, lo que si no podemos es ser útiles sin la grandeza del cielo, la que imparte Dios. La bondad y la utilidad quedan condicionadas a ser grandes delante de Dios, Juan, a pesar de su corta vida fue grande y útil porque era grande a los ojos de Dios. Cristo dijo que entre los nacidos de mujer, no había ninguno tan grande como Juan. Si queremos conocer los verdaderos elementos de la verdadera grandeza, la grandeza que Dios reconoce, haremos bien en ver la vida de este hombre. Un historiador relata que en la edad media Juan el Bautista era el ideal de la santidad, renunciar a la comida común y a los goces de la vida en sociedad era considerado como lo más noble, Juan el Bautista fue un hombre que vivió por encima del mundo y esto lo convirtió en el ideal cristiano del verdadero éxito:

1. Era un hombre desapegado al mundo Lucas 1:80
2. Era un hombre que tenia el control sobre sus apetitos
3. Era un hombre lleno del Espíritu Santo
4. Era un hombre con una misión
5. Era un hombre obediente al llamado
6. Era un hombre de firmeza y valor sin vacilación
7. Era fervoroso para Dios.
   

Lo verdaderamente precioso de toda esta enseñanza es que nosotros somos mas grandes que Juan el Bautista, ¿Como? ¿Mayor que el mas grande de todos los profetas?, si señor, como lo oye, y no lo dijo yo, lo dijo Cristo, “pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él”. Juan el Bautista era solo un precursor del Reino de los Cielos, nosotros somos miembros del reino de los Cielos. Todo aquel que está gozando de Dios, es mayor que el que se halla todavía empeñado en el combate; porque es una cosa muy diferente, gozar ya del fruto de la victoria, o combatir por ella. Por el reino de los cielos aquí se debe entender más bien al reino de la gracia, la dispensación del evangelio en su poder y pureza. ¡Cuánta razón tenemos para estar agradecidos que nuestra suerte esté echada en los días del reino de los cielos, bajo tales ventajas de luz y amor!