miércoles, 14 de abril de 2010

La vida del hombre impio: Salmo 73:20

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La vida del hombre impío

Salmo 73:20

Como quien despierta de un sueño, así, Señor, cuando tú te levantes, desecharás su falsa apariencia. Nueva Versión Internacional


La Biblia presenta la vida del ser humano en la tierra, de diferentes formas
  1. Como un peregrinar por su carácter pasajero. Génesis 47:9
  2. Una carrera, por el esfuerzo que hay que ponerle 1 Corintios 9:24
  3. Como una batalla por lo violenta que es 1 Tim 6:12
  4. Como una mayordomía debido a que tenemos que dar cuentas Mateos 25:14-30 (Un talento es 34 Kgm)
  5. Como un sueño en este pasaje, debido a la falsa ilusión .Salmo 73:20

Por más que la persona que no sirve a Dios piense que su vida es un éxito y que la está disfrutando, la Biblia dice que es una farsa, una quimera una fantasía.


I. La vida del que no sigue a Dios es un sueno pues es irreal. En el sueño, la mente esta en un mundo de ilusión, de ficción, Tal es la vida del pecador, del que tiene su porción en este mundo. Esto lo podemos ver en los deseos y placeres del impío, que son vacíos y sin sentido. ¡Es increíble ver con lo que se satisfacen los impíos!. Lo podemos observar especialmente en las cosas sobre las que fijan sus intereses. Son cosas que se desvanecen, se esfuman con el tiempo: dinero, rango, poder, muy a menudo se pierden, todas desaparecen cuando morimos. Son cosas que por naturaleza no permanecen: El poder humano es esencialmente inestable, el rango es accidental. Las riquezas son inseguras y transitorias. La única realidad permanente para los seres espirituales debe ser espiritual. Un ser espiritual, solo concibe bendiciones espirituales.”Que son bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales”. Efe 1.3. Las cosas en las que centres el interés, van a demostrar tu espiritualidad. “Donde esté vuestro tesoro estará su corazón”. Si te preocupas por lo material, quedara demostrado que no eres espiritual.

II. La vida del que no sigue a Dios es un sueno pues es breve . Los sueños son muy cortos, cuando se están poniendo interesantes se acaban. En nuestros sueños nosotros parecemos que vivimos horas, días, semanas y años en solo pocos minutos. Al igual en nuestras vidas reales, ¡que corta es la vida en esta tierra!. La vida es corta teniendo en cuenta lo que tenemos que hacer aquí: Piense lo que tenemos que hacer por nosotros mismo y para nosotros mismo. Piense en lo que tenemos que hacer por otros. Muchos mueren y no hicieron nada por ellos, ni por otros. Inexplicablemente hay asuntos que dependen de la vida de nosotros en esta tierra para realizarse. Comparada con la eternidad la vida es breve, es un mero pestañear de los ojos.

III. La vida del que no sigue a Dios es un sueno por su terminación. Soñar no es un estado permanente, todos los sueños tienen un fin, y así es la vida del hombre pecador. Hay dos formas de despertar del sueño y uno u otro llevaran al pecador a la realidad. Algunos despiertan respondiendo al llamado divino. “Despiértate tu que duermes” Estos son los que oyen y obedecen, y comienzan en un nuevo mundo. EL HIJO PRODIGO es un ejemplo de estos. Otros despiertan al sonido de los truenos de juicios, Estos despiertan a) A la desorientación; Su realidad se ha desvanecido, su esperanza ha terminado, su confianza se ha convertido en confusión. b) A la Destitución. Cosas en las que habían confiados se caen, sus riquezas se han ido, ahora están miserables y destruidos c) A la vergüenza y desastre.

¿Estas durmiendo y soñando? Dios te va a llamar, “Despiértate tú que duermes”. Despiértate a la rectitud, a la vida de fe. Romanos 13:11-14 dice “Y haced esto conociendo el tiempo, que ya es hora de despertaros del sueño; porque ahora la salvación está más cercana de nosotros que cuando creímos. La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. Andemos decentemente, como de día; no con glotonerías y borracheras, ni en pecados sexuales y desenfrenos, ni en peleas y envidia. Más bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis provisión para satisfacer los malos deseos de la carne”.


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