MINISTERIO DE REFLEXION TEOLOGICA EN LINEA
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UN LINAJE ESPIRITUAL
1 Pedro 2:9 y 10
Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Vosotros en el tiempo pasado no erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
Desde hace algunos días tengo en mi mente una idea que ronda alrededor de este pasaje y otros más que hablan de nuestro linaje espiritual y nuestra anexión a la nación del Israel espiritual. La idea creció cuando empecé a oír la idea de ‘Campeones de Dios” propuesta por algunos tele-evangelistas y al leer sobre los famosos caballos de Kentucky. Siempre pensé que los caballos de carreras, alguien los descubría cuando los montaba y notaba su potencial. Nunca pensé que era necesario más que eso para identificar un caballo como campeón hasta que un miembro de mi iglesia me aclaro la duda.
Realmente no son caballos comunes. Son de raza pura. Son parte de una generación de campeones y tienen un legado de generaciones de vencedores. Son cuidadosamente estudiados, criados durante generaciones. Los veterinarios y cuidadores buscan cuidadosamente su árbol genealógico en los últimos 60 años. No es pura coincidencia que un caballo corra en un hipódromo. Para criar un pura sangre, es necesario invertir hasta medio millón de dólares, y no hay garantía de que gane. ¡Que equivocado estaba!
Aunque la idea de campeones de Dios, no es ni remotamente la idea que contienen estos pasajes, no obstante que la idea de “Ganadores” no es lo que enseñan estos pasajes, si dejan ver que nosotros los creyentes somos en algo, parecido a toda esta historia de los caballos de carrera. Sin abusar del concepto, somos parte de un linaje espiritual que parte desde el mismo Abraham “Y ya que sois de Cristo, ciertamente sois descendencia de Abraham, herederos conforme a la promesa” (Gálatas 3:29). Y en gálatas 4:22-31 dice “Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre. Pero mientras que el de la esclava nació según la carne, el de la libre nació por medio de la promesa. En estas cosas hay una alegoría, pues estas mujeres son dos pactos: Agar es el pacto del monte Sinaí que engendró hijos para esclavitud. Porque Agar representa a Sinaí, montaña que está en Arabia y corresponde a la Jerusalén actual, la cual es esclava juntamente con sus hijos. Pero la Jerusalén de arriba, la cual es nuestra madre, es libre; porque está escrito: Alégrate, oh estéril, que no das a luz; prorrumpe en grito de júbilo y levanta la voz, tú que no estás de parto; porque más son los hijos de la desolada que los de la que tiene marido. Ahora bien, hermanos, vosotros sois hijos de la promesa tal como Isaac. Pero como en aquel tiempo, el que fue engendrado según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así es ahora también. Pero, ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo; porque jamás será heredero el hijo de la esclava con el hijo de la libre. Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre. ESTAMOS INJERTADOS EN EL ISRAEL DE DIOS, SOMOS PARTE DE EL.
Dentro de esa línea espiritual, está Moisés, David, Sansón, Daniel, Nehemías, la reina Esther, Pablo. Pedro, los doce apóstoles y otros más. Lo que te quiero decir es que somos parte de una estirpe espiritual, gente escogida. Venimos de un linaje de hombres de fe, héroes de Dios. Lo que quiero expresar es que debemos y tenemos que pensar más en eso. Somos hijos de Abraham. Estamos llamados a transformar el mundo y no a pensar tanto en nuestras faltas y derrotas. Dios nos ve dentro de esa estirpe de hombres y mujeres, David dijo “Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro estaba escrito todo aquello que a su tiempo fue formado, sin faltar nada de ello”. ¿Donde radica nuestra victoria? No es que seamos físicamente diferentes al resto de la humanidad. UN CABALLO DE CARRERA NO SE VE DIFERENTE A OTRO CUALQUIERA, nuestra victoria radica en Cristo. Apocalipsis 12:11 dice “Y ellos lo han vencido por causa de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, porque no amaron sus vidas hasta la muerte”. En Cristo fuimos predestinados para la bendición “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. Asimismo, nos escogió en él desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó por medio de Jesucristo para adopción como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad, para la alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio gratuitamente en el Amado. En él tenemos redención por medio de su sangre, el perdón de nuestras transgresiones, según las riquezas de su gracia que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría y entendimiento. El nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en Cristo”.
¿Que cometemos errores? Todos esos grandes héroes también los cometieron, pero eso no cambia el hecho de que somos linaje de Dios en Cristo por la fe. Que fuimos comprados con un gran precio, que estamos identificados con Cristo en su muerte por el bautismo. Que llevas la sangre de Cristo. Que a raíz de ser bautizado, nuestro linaje espiritual es más fuerte que nuestra ascendencia natural, porque fuimos regenerados por fe, instantáneamente. Ya no tenemos “mala sangre”. Muchas personas aprenden a vivir con sus problemas y disfunciones, uno no puede cambiar lo que tolera, por eso no cambian, Nunca podremos cambiar lo que toleramos, el ideal de Dios es que aprendamos a hablar como Dios quiere que seamos y como bíblicamente somos. ¿Como puedo hacerlo? Buscando el poder de Dios. VIVIENDO COMO DIOS DICE QUE ERES, NO COMO TU CREES QUE ERES.
Los cristianos son al mismo tiempo templo y sacerdocio. Del mismo modo que los sacerdotes son los intermediarios entre Dios y el pueblo, así los cristianos, formando colectivamente la Iglesia, tienen que ser los intermediarios entre Dios y los hombres, continuando la misión del pueblo judío, cuyo sucesor y heredero es el pueblo cristiano (no creemos en la teología de reemplazo). Pedro sigue aplicando a los cristianos otros títulos: son un sacerdocio real, una nación santa (v.8).Dos expresiones equivalentes o complementarias, tomadas del Éxodo 19:6, según la versión de los LXX. El texto hebreo dice: “Un reino de sacerdotes.” El sentido de este texto en el Éxodo es el siguiente: los israelitas son reino de Dios, son su reino teocrático, porque Jehová es un rey. Israel es un “reino de sacerdotes” en cuanto que en él todos sus súbditos están dedicados a Dios, separados de los paganos. Los israelitas están destinados a ofrecer a Dios un culto que no pueden ofrecer los demás pueblos. Se trata, por lo tanto, de una metáfora para significar que los israelitas son personas consagradas al servicio de Dios en modo análogo, pero diverso, de los sacerdotes propiamente dichos. De la misma manera que el individuo es segregado de la masa humana y consagrado al servicio de Dios por el sacerdocio, así también el pueblo de Israel fue escogido entre los demás pueblos para tributar a Dios un culto religioso. Los israelitas no eran todos sacerdotes, como tampoco eran todos reyes, sino que eran súbditos de la autoridad sacerdotal. Eran miembros pasivos del sacerdocio y gobernados por éste. Esto se ve claramente por el hecho de que el sacerdocio activo propiamente tal estaba reservado a los descendientes de Aarón. Y las usurpaciones de la función sacerdotal eran castigadas severamente .Los israelitas en general son llamados sacerdotes en sentido amplio, metafórico, en cuanto que eran miembros de la nación santa ,de la nación consagrada al culto del verdadero Dios. ESO SOMOS NOSOTROS. TREMENDO.
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