¿PRUEBAS, ATAQUES O CONSECUENCIAS?
Miércoles, 4 de Diciembre de 2013
Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan
que enfrentarse con diversas pruebas (experiencias), pues ya saben que la prueba de su fe produce
constancia. SANTIAGO 1:2-3
Si queremos salir adelante de lo que nos está pasando debemos tener una
perspectiva adecuada de los problemas y situaciones. Las preguntas que hacemos
normalmente son: ¿Qué será lo que está pasando? ¿Por
qué me sucedió esto? ¿Por qué será qué? ¿Qué hice mal?. No debemos echarle la
culpa de todo a Satanás o a una prueba enviada por Dios, muy posiblemente tengamos
que asumir las consecuencias. Una prueba, una consecuencia y
un ataque de Satanás, son tres cosas completamente distintas aunque nosotros a todo lo que nos pasa se lo atribuimos a una
prueba de fe.
Una prueba es un proceso (Gr dokime: lit
experiencia) que tenemos que pasar por iniciativa divina para probar la
fortaleza o genuinidad de nuestra fe, la
fe se afirma y multiplica por las tribulaciones y aflicciones. El efecto de la prueba es aprobación (Ro 5.4) Dios solo
pone a prueba la fe por lo que cualquier prueba no es una prueba de fe, estas pruebas
solo les acontecen a los cristianos, como es de suponerse y no es una
insinuación al mal
Por otra parte, una consecuencia es el resultado de una mala o
buena actitud , un error o una mala o buena decisión, es el resultado lógico de
una conducta mal pensada o bien pensada y en la mayoría de los casos somos
completamente responsables. Julio Rueda dice: En ocasiones lo que nos sucede es
puramente una "consecuencia" de una mala acción, de una mala
decisión, de un error personal que cometimos. Nos están ahogando las deudas
porque como ganábamos bien nos metimos a comprar mucho sin planificación... eso
es una "consecuencia" de nuestros errores. Pero, si estamos tratando
de planificar nuestra vida lo más correcto posible y un accidente, una
enfermedad repentina nos acomete... eso es una "prueba" de Dios para
con nosotros.
Por ultimo está el ataque de Satanás. Nos ataca en un intento de
destruir la obra de Dios, al dañarnos a nosotros daña la obra de Dios, su
objetivo es dominarnos, poseernos, utilizarnos y luego destruirnos. Su
metodología es la seducción y el engaño, nos seduce con el pecado. Utiliza la carne y el mundo para lograr sus fines de arrastrarnos. Satanás
gobierna el sistema mundial e influye en la carne (intelecto, pasiones, deseos
y necesidades), para lograr sus rebeldes y destructivos propósitos, el objetivo
principal es que caigamos de la integridad. Somos responsables ante esos
ataques. Las advertencias que hacen las escrituras de guardarse de los ataques
del diablo o resistirlos implican que el fallar en esto lo expone a uno a la
posibilidad de ser controlado por Satanás y sus demonios. Así que un individuo
puede cargar con la responsabilidad de lo que resulte en una posesión demoníaca
por ceder a ataques satánicos previos.
Somos responsables de pasar las pruebas de fe creyendo en las promesas de
Dios y auxiliados con su E.S. Somos responsables ante las consecuencias, porque
solo nosotros podemos revertirlas y somos responsables ante los ataques de
Satanás.
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