viernes, 13 de febrero de 2009

Las 70 semanas de Daniel,vista Dispensacional


La oración de Daniel


En su maravillosa oracion de Dan. 9:4-19, Daniel ruega a Dios que se apiade del pueblo en favor del cual ha obrado el tan grandes maravillas, de la ciudad santa, ahora desolada, y del santuario, también asolado, donde otrora resplandecía el rostro de YHWH tras la nube de la shekinah. Daniel había estudiado los escritos de Jeremías (v. Jer. 25:11-12; 29:10) y había calculado equivocadamente que los setenta. Años de que hablo Dios por medio del profeta, estaban para terminarse, sin que hubiese señales de una inminente reconstrucción de la ciudad y del templo. De ahí, la angustia de su conmovedora plegaria.

La confusión del profeta aparece en Dan. 9:2: “mire atentamente en los libros sagrados el numero de los anos de que hablo YHWH al profeta Jeremías, que habían de cumplirse sobre las ruinas de Jerusalén: setenta anos.» Al hacer el computo, Daniel sufrió una equivocación, pues contó a partir de la fecha en que Jerusalén y el rey Joaquín (también llamado Jeconias y Conias) había capitulado ante Nabucodonosor, rindiéndole vasallaje (605 a.C.), hasta la fecha en que el decía esto (538 a.C.), en el ano primero de Darío» (Babilonia había caído el ano anterior). Sin embargo, la destrucci6n del templo y de la ciudad se llevo a cabo el ano 586 a.C., con lo que el error de Daniel era de más de 18 anos respecto del cómputo correcto.

La respuesta de Dios mediante el ángel Gabriel

Dios responde a Daniel antes de que este termine su oración (vv. 20-21) y el ángel Gabriel viene a El «volando ;OM presteza», para «ilustrar su inteligencia» (v. 22). Le
Urge a prestar atención con imperativos que implican urgencia y relevancia (v. 23 b). A continuación, le revela la profecía de las setenta semanas, que dice así:

«Setenta semanas están determinadas (hebr. nejtakh =- han sido divididas) sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad para acabar con la rebelión (hebr. pesha, como en Is. 1:2) y poner fin a los pecados (hebr.uljatham jatot, juego de palabras, que expresa poner fin a algo que en si es una barrera), y expiar la iniquidad (hebr. awon) y hacer que venga justicia eterna (lit. de eternidades), y sellar (= cerrar, el mismo verbo de antes: ulajtom) la visi6n y la profecía, y ungir al Santo de los santos."»Sabe (pues) y entiende que desde la salida del decreto (hebr. dhabar, o davar = palabra) para restaurar y edificar a Jerusalén hasta un Mesías Príncipe (habrá) siete semanas y sesenta y dos semanas; volverá a ser edificada (la) plaza y (el) foso, pero (hebr.u = y) en angustia de tiempos. »Y después de las sesenta y dos semanas será cortado (el) Mesías y no tendrá. Nada (lit. y nada para El); 23 y destruirá la ciudad y el santuario (el) pueblo de un príncipe que viene; y su fin en un cataclismo y hasta (el) fin, guerra, decreto de desolaciones. »Y hará que prevalezca un pacto (hecho) a muchos (por) una (hebr. 'ejad == unidad de integración, como se ve por Gn. 2:24, y es aplicable a Dt. 6:4)30 semana, y a (la) mitad de la semana hará que cese el sacrificio y la ofrenda, y sobre el ala (del templo, es decir, el pináculo) (habrá) abominaciones de desolación (lit. horribles), hasta que la ruina decretada (lit. y hasta La consumación y —esta— decretada) sea derramada sobre (el) desolador (Dan. 9:24-27).


Hemos querido poner la versión literal del pasaje, a causa de su singular importancia. Algunas observaciones son todavía necesarias:

A) Que las semanas» de Daniel significan semanas de anos, nadie lo discute. Dice R. D. Culver:

“Esta interpretación era común en la antigüedad. Daniel habia estado pensando en un múltiple de «siete» de anos (9:1, 2; cf. Jer. 25:11, 12). Sabia que ese múltiple (setenta anos) era un tiempo de juicio por los 490 anos de sábados quebrantados (490 — 7,= 70.V. 2." Cr. 36:21). Además, había una común «semana» de anos, que se usaba, tanto en recuentos civiles como religiosos (Lv. 25, especialmente v. 8). No solo esto, sino que cuando se desea referirse a semanas de días (Dan. 10:2, 3), se añade el vocablo hebreo para «días» (yamim) al de «semanas» (shabuim)... y, lo mas importante, si se quiere dar un sentido literal a las semanas, únicamente un periodo de semanas de anos cumple las condiciones que requiere el contexto.”

B) La profecía tiene que ver con Israel y con Jerusalén únicamente. De ahí, la fuerza de la preposición hebrea al = sobre; como una carga que pesa sobre el pueblo judío: las pruebas, las tribulaciones, persecuciones, etc.,por las que Israel tendrá que pasar hasta que venga su Gran Libertador que expíe sus pecados e introduzca la justicia en el nivel perfecto tantas veces anteriormente profetizado.

C) El decreto al que hace referencia el versículo 25 es, como todos los exegetas admiten, el de Artajerjes Longimano en el ano 445 a.C., según queda registrado en Neh. 2:1 ss. Teniendo en cuenta que este decreto se dio en el mes de Nissan, y que los 483 anos que cubren las primeras sesenta y nueve semanas de Daniel llegan exactamente, según el computo mas probable, al ano 30 de nuestra era, a fecha mas probable para la muerte del Señor( puede comprender mejor el lamento de Jesús en Lc. 19:41 44, especialmente la exclamación del versículo 42, donde esta bien atestiguada la lectura: «¡Si conocieses tu, Y POR CIERTO EN ESTE TU DIA, lo que es para tu paz!» [EN AQUEL DOMINGO DE RAMOS, DIA 9 DEL MES DE NISAN, SE CUMPLIAN EXACTAMENTE LAS SESENTA NUEVE SEMANAS (483 anos), TRAS LAS QUE EL MESIAS-PRINCIPE HABIA DE SER «CORTADO» DE SU PUEBLO Si en aquel día, tras los «hosannas» de la entrada en Jerusalén, el pueblo judío hubiese aceptado a su Mesías, la nación entera habría vuelto a ser «el pueblo de su peculio y las ovejas de su prado» (Sal. 74:1; 79:13; 95:7;100:3). Pero el pueblo, con sus jefes a la cabeza. Le rechazo y lo entrego a los gentiles para crucificarlo (Hch. 2:23), aunque todo ello estaba determinado desde antes de la fundación del mundo (1. ° P. 1:20).

D) El dato mas importante de toda la porción y la clave para la correcta exegesis del pasaje es el fijar quien es el sujeto del verbo higbir, con el que comienza el versículo 27. La norma gramatical mas elemental exige que el sujeto sea el antecedente mas próximo, y ese antecedente no puede ser otro que «el príncipes del versículo 26, como concede hasta un amilenarista como Leupold. Se dice del «que viene», porque ha sido introducido ya en el cap. 7 como el Anticristo. El verbo higbir es la forma Hiphil (causativa) del verbo gabar = prevalecer; por tanto, su significado no es confirmar un pacto ya existente, sino hacer que prevalezca o se concierte un nuevo pacto. Los «muchos» con quienes el príncipe venidero concertara un pacto son, de modo especial, los judíos, puesto que todo el contexto (véase w. 24 y 27) trata de tu pueblo y... tu santa
Ciudad y. ESTE PACTO NADIE LO HIZO TODAVIA. La rotura del pacto y la consumación de que habla el versículo 27 se comprende mejor a la luz de Ap. 13:4-7M Es evidente que el «pacto» será llevado a cabo entre el Anticristo y el pueblo de Israel, vuelto a su patria en los últimos días.

¿Es arbitrario admitir un largo lapso de tiempo entre las semanas 69." y 70.' de Daniel?

Los amilenaristas consideran una arbitrariedad la interposici6n de un largo lapso de tiempo (mas de 1950 años en este momento) entre la 69." y la 70.° semanas de Daniel 9. Tras citar las notas de la Biblia Scofield a Da. 9:2427, dice el profesor J. Grau:

“Contrariamente a lo que imaginan algunos, la controversia dispensacional versa mas sobre este paréntesis de la Iglesia que sobre ningún otro punto. Ni siquiera el milenio es lo característico de la escuela dispensacionalista. Hay premileniales que no son dispensacionalistas; casi siempre por la cuestión de la Iglesia. Como los hay que no son pretribulacionistas, es decir: no aceptan que la tribulación afecta solo a judíos, sino a todo el pueblo de Dios. La doctrina dispensacional tiene consecuencias que afectan a un buen numero de cuestiones, pues entraña una concepción propia de la Iglesia como «paréntesis» que es discutida por las otras escuelas de interpretación, así como dos venidas de Cristo al final de los tiempos (la Segunda Venida para buscar a los santos y la
Tercera con sus santos), en vez de una sola y única Segunda Venida.


Y, mas adelante, añade:

“A todas luces, resulta totalmente injustificado separar la semana setenta de la semana sesenta y nueve por un intervalo que ya ahora es mayor que la totalidad de las sesenta y nueve semanas juntas...no hay ruptura entre las siete primeras semanas y las sesenta y dos por lo que se refiere a la duración del tiempo ininterrumpido. La ruptura es meramente semántica, es una manera de hablar típica de los hebreos... De manera parecida, no existe ruptura ni intervalo prolongado entre la semana sesenta y nueve y la setenta; pero el modo de hablar del texto bíblico señala el gran acontecimiento de los siglos: la aparición de Jesucristo.”

Antes de pasar a defender el punto de vista dispensacionalista sobre la 70." semana de Daniel, deseo hacer algunas observaciones a los conceptos expresados por el profesor Grail:

1) La idea de la Iglesia como «paréntesis» es, en mi opinión, mal expuesta por algunos autores dispensacionalistas, y mal entendida por los amilenaristas. Esta ligada, sin duda, al concepto de Reino de Dios», del que trataremos mas adelante.

2) Los dispensacionalistas (al menos, los moderados) no admitimos dos segundas venidas del Señor, sino una sola, por cuanto, en el arrebatarniento, no será el Señor quien descienda a la tierra, sino la Iglesia la que será arrebatada «en las nubes para salir al encuentro del Señor en el aire (1 Ts. 4:17). El verbo «axei del versículo 14 no significa literalmente «traerá», sino «conducirá»; y, aunque se habla de «descenso» y de «venida» («parousia») en los versículos 15 y 16, las circunstancias no son las mismas de Zac. 14; 2. Ts. 2 y Ap. 19; y ,una vez mas, se ha de aplicar la regia de explicar los lugares oscuros mediante los claros, y no viceversa. A lo mas, podemos hablar de una Segunda Venida en dos fases, teniendo en cuenta que las bodas del Cordero» forman una unidad que se extiende desde el arrebatamiento hasta el final de la Gran Tribulación.

3) Separar la semana 70 .a de las otras 69 no solo no es injustificado, sino que esta de acuerdo con todo el contexto de la profecía. Separaciones similares pueden verse en Sal. 22:22-23; 34:12-16 (comp. con 2s P. 3:10-12); 110:1-2; Is. 61:2 (en un mismo v.); Dan. 2:43-44; 7:23-27; 8:24-25; 11:35-36; Os. 3:4-5; 5:15 — 6:1. El caso esta, pues, justificado. Si no existiese tal paréntesis en cualquier lugar profético, no se podría hablar de cumplimiento literal de muchas profecías (contra las normas de una correcta hermenéutica), por cuanto los acontecimientos de muchas de ellas no se siguieron inmediatamente los unos a los otros.

La semana 70. De Daniel 9:27 esta por venir

Que la semana 70s de Daniel es plenamente escatológica se prueba directamente por las siguientes razones:

(a) «Después de las sesenta y dos semanas» (v. 26) que siguen a las siete primeras, ocurren dos acontecimientos separados entre si por unos 40 anos: la muerte de Jesucristo y la destrucci6n de Jerusalén. Estos dos acontecimientos no caben en una sola semana de años. Luego si se admite un lapso de tiempo de 40 anos no incluidos en una semana, no hay razón suficiente para descartar otro lapso mayor.

(b) MT. 23:37-39 es posterior al relate de la entrada triunfal en Jerusalén, pero el versículo 39 habla de un rechazo que perdurara hasta la restauración del favor de Dios hacia el pueblo como tal (v. por Ej., Zac. caps. 12-14; Ro. cap. 11). Pero, si la semana 70." ya se ha cumplido, las bendiciones prometidas para ella se habrían cumplido también; lo cual no es cierto, teniendo en cuenta que todo el fragmento se refiere a Israel, no a la Iglesia.

(c) La comparación con MT. 24:9 ss., 40 nos da a entender que el Señor esta colocando la semana 70. De Daniel al final de los acontecimientos profetizados en dicha porción, es decir, en los anos que preceden inmediatamente a su Segunda Venida. La comparación con Hch. 1:6-8 nos da a entender que queda por delante toda una era o «.kairos» = sazón u oportunidad, que bien podría traducirse por «economiax o «dispensación».

La semana 70. de Daniel constara de 7 anos como las anteriores

Siendo las primeras 69 semanas de Daniel «semanas de anos», no hay razón para negar que 70 semana será también una semana de siete anos. La semana comienza por «un pacto que, según vimos en el análisis de la profecía, será concertado por el príncipe venidero, que no es el Mesías. Además, los pactos del Señor con Israel son eternos, mientras que este pacto solo durara tres anos y medio— media semana de anos—. Dice Pentecost:

Este pacto, que le garantizara a Israel la posesión de su tierra y la restauración de su autonomía religiosa y política, debe entenderse como un falso cumplimiento del Pacto abrahdmico. Este pacto engañara a muchos en Israel, haciéndoles creer que este «hombre
De pecado» es Dios (2.: Ts. 2:3). La proclamación de este falso pacto será la que indicara el comienzo de la septuagésima semana.

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