Echando la red en su palabra Lucas 5:1-7

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Rev. Samuel M Gonzalez

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Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud .Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.

Repasando la historia, vemos que Jesús se dedicaba a predicar la Palabra a las multitudes que estaban terminando sus labores de pesca en el lago de Genesaret. Había 2 barcas y una de ellas era de un pescador llamado Simón (a quien Jesús le cambió el nombre por el de Pedro); a este le pidió Jesús que moviera la barca para predicar desde ella.
Luego de predicar, Jesús le dice a Pedro que reme mas adentro del lago y que eche la red; Simón (Pedro) le protesta que está demás, que ellos son pescadores expertos y que aunque estuvieron toda la noche haciendo uso de sus grandes habilidades no lograron pescar nada SIN EMBARGO, le dice EN TU PALABRA ECHARÉ LA RED.
Los resultados de confiar en La Palabra de Dios, aunque no estaba del todo de acuerdo, le dio como resultado LA MAS GRANDE COSECHA DE PECES que jamás había pescado (note que las redes se rompían; es decir, tenían menos capacidad en relación a la abundancia del Señor) y tuvieron que pedir ayuda y compartir su pesca con los otros de la otra barca.
De este pasaje podemos aprender que el cumplimiento de los milagros de Jesús en nuestras vidas, esta relacionado con la obediencia a La Palabra de Dios.
La Biblia contiene una gran cantidad de promesas (aproximadamente 24,000) pero TODAS, están condicionadas a obedecer las instrucciones que El Señor nos da en ella.
Cuando hacemos las cosas EN SU PALABRA; es decir, CONFORME A SUS INSTRUCCIONES, podemos estar seguros que nuestros milagros vienen.
Son muchas las promesas que podemos estudiar, pero nos detendremos en una sola:
“DELEITATE ASIMISMO EN EL SEÑOR Y EL TE CONCEDERÁ LAS PETICIONES DE TU CORAZON” SALMO 37:4
Si notamos bien, para obtener todas las peticiones de nuestro corazón (esto implica todas nuestras necesidades materiales, financieras, espirituales, familiares, profesionales, etc.) se necesita deleitarse en El Señor; es decir, alegrarnos solamente en El, pensar en El, invertir nuestro tiempo en El, lograr que nuestra pasión y anhelo sea Su Presencia en nuestras vidas.
Al igual que Pedro, puede ser que tu necesites un milagro; puede ser que has hecho todo lo que sabes, has puesto lo mejor de ti y has insistido mucho con tus propias fuerzas y capacidades; creo que es tiempo que digas como Pedro “EN TU PALABRA SERA HECHO MI MILAGRO” y ten la seguridad que El Señor es fiel y El cumplirá con Sus Promesas en tu vida y que recibirás el milagro que necesitas. (Rev. Héctor Sanabria)

¿Cómo se debe cantar a Dios?
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