Iglesia Roca de Salvación
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Rev. Samuel M González
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El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente
Este salmo, igual a la mayoría en el presente libro de los salmos, no tiene titulo. La tradición judía sin embargo lo atribuye a Moisés, por sus muchas semejanzas con el libro de Deuteronomio. Rabí Shlomo Yarji, considerado como el más excelso comentarista de las escrituras y el Talmud uno de los más grandes eruditos y legisladores en materia de ley judía así como un experto en lengua hebrea, enseña que en el salmo 91, Moisés, el maestro de Israel persuade al pueblo a refugiarse en las alas de la shequina, en el lugar santísimo del templo.
Dios protege de todo peligro a todos los que confían en el, los muchos términos que se utilizan para protección; escudo, refugio, enfatizan este tema, un vocero en primera persona dirige una audiencia, animándolos a confiar en Dios y de esta manera ningún peligro podrá venir sobre ellos (versos 1-13).Dios responde en los versos 14 al 16, apoyando las palabras del vocero. ‘El abrigo del altísimo” es el templo, el salmo era litúrgico, era parte de la adoración en el templo. El templo era tenido por el salmista como un lugar de protección, “Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto” (Salmo 27:5).” En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas” (Salmo 31:20).Las alas a que alude este salmo, son las alas de los querubines que estaban a los lados del arca,” Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio. Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos. Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines. Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel” (Éxodo 25:17-22).
El mensaje del salmo es que algunos peligros nos acechan (3), algunos nos sorprenden insidiosamente (3, 6); algunos son nuestros propios temores, reales o imaginarios, algunos reflejan hostilidad (5); otros, nuevamente, los encontramos en el camino de la vida (12, 13).Así es la vida. Pero la fe sencilla nos coloca en una posición de fuerte defensa (2), el calor personal del cuidado divino, defensa prometida (4) y una hueste de guardianes celestiales a cada paso del camino (11). La forma en que todo esto es declarado sirve en sí para afirmar nuestra condición protegida. El que por fe escoge a Dios como su protector, encontrará en Él todo lo que necesite o desee. Quienes han hallado el consuelo de hacer del Señor su refugio, no pueden sino desear que los demás puedan hacer lo mismo. La vida espiritual está protegida por la gracia divina contra las tentaciones de Satanás, que son como los lazos del cazador, y del contagio del pecado que es una peste destructora. Se promete gran seguridad a los creyentes en medio del peligro. La sabiduría les impedirá asustarse sin causa y la fe les impedirá asustarse indebidamente. Lo que se haga es la voluntad de nuestro Padre celestial; y no tenemos razón para temer. El pueblo de Dios verá cumplidas no sólo las promesas de Dios sino sus amenazas. Entonces, que los pecadores acudan al Señor ante el trono de la gracia en el nombre del Redentor, y exhorte a otros a confiar en Él también
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