El retiro espiritual Juan 1:48

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Juan 1:48

Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.

Los judíos, al igual que la generalidad del mundo medio- oriental de tiempos bíblicos, amaban meditar y estudiar las sagradas escrituras, bajo la sombra de un árbol, consagrarse a la oración y al conflicto espiritual, al igual que Cristo, el gran ejemplo: “Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra (Lucas 22:39-42). En compañía de algún amigo o hermano, en algún lugar retirado y quieto, bajo el cielo abierto y al sonido de la naturaleza, esta era una muy sana costumbre.
Debe haber existido un conflicto espiritual, una gran pregunta en el alma de Natanael en esta ocasión especial. Como sugiere la respuesta de Cristo, había algo en la mente de Natanael, que solo Dios conocía “cuando estabas debajo de la higuera, te vi”. Cada ser humano, todo hombre honesto, igual a Natanael, debe tener su árbol o el equivalente, algún lugar de retiro espiritual, en el cual, en los momentos de tensión y conflicto espiritual, en los días difíciles que tiene la vida, pueda estar en reclusión con Dios, ese alejamiento y encerramiento uno solo con Dios, bien vale la pena, en esos momentos recibimos la luz espiritual, recobramos el equilibrio en el alma, lejos de la vida agitada de trabajo, de la zarandeada sociedad moderna .Allí nos busca y nos encuentra Dios. En su retiro, pensando que nadie lo veía, llegó Cristo, fue en el retiro del desierto, en una cueva, donde la revelación de Dios llegó nuevamente a Elías.
¿De dónde me conoces? pregunta sorprendido Natanael, consciente de que se le había leído su mismo corazón, y en aquel momento crítico más que nunca antes. Jesús le responde: “Antes que Felipe te llamara” mostrando que él sabía todo lo que pasaba dentro de él a lo lejos. Pensaba que estaba solo en su retraimiento y no era así, estaba Dios presente. El retiro espiritual es una experiencia única que seguramente va a marcar su vida para siempre. El vértigo de la vida moderna, las obligaciones constantes sumado a las exigencias que nos impone la sociedad de consumo, hacen que difícilmente podamos hacer una paréntesis en nuestra vida cotidiana para dedicarlo a la meditación y el recogimiento interior. El retiro espiritual generalmente se lleva a cabo en un lugar apartado, lejos del bullicio, la familia, amigos y en contacto con Dios. No estas vencido, ni todo ha terminado, solo necesitas recogerte a solas con Dios, ese tiempo es la madre de las ideas, y el origen de nuevas fuerzas, La reflexión, según Bossuet, son los ojos del alma, nuestra alma se sacia, cuando nos recluimos con Dios ; “Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca, Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche (Salmo 63;5 y 6). El himno dice:

A solas al huerto yo voy,

Cuando duerme aún la floresta;

Y en quietud y paz con Jesús estoy

Oyendo absorto allí su voz.

Coro:

Él conmigo está puedo oír su voz,

Y que suyo dice seré;

Y el encanto que hallo en él allí,

Con nadie tener podré.