Las purezas del obispado Tito 1:7

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Tito 1:7

Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas.

En la teología católica, los obispos son los sucesores de los apóstoles, introduzco esta aclaración como modo de inicio a la historia que deseo contarles, un poco obscura y terrible, pero nutritiva, con enseñanzas espirituales inestimables, pues una de las formas de evitar caer en el error, es observando a otros que si lo cometieron, bien dice el refrán: “Cuando veas la barba del vecino arder, por la tuya en remojo”.
Los años 536 y 537 de nuestra era, vieron al mundo en una confusión total, la política, la economía y la religión, que son los tres baluartes que sostienen la sociedad, que hacen la vida llevable y placentera, lejos de ayudar al ser humano, lo habían hundido mas en la desesperación y el caos. El mundo, administrativamente estaba dividido en dos mitades, el hemisferio oriental del mundo era dirigido desde Constantinopla (actual Estambul), el emperador de facto era Justiniano I, y su intempestiva y temperamental esposa, Teodora, quien fiel a su ascendencia de artista circense, fingía todo tipo de sentimientos y astucias, el occidente del mundo estaba dirigido desde Roma, el rey del momento era Teodato. La silla papal pasaba por un momento crucial, Silverio, hijo de un antiguo papa llamado Hormidas, deseaba ocupar la silla pontificia, por lo que le dió una gran suma de dinero al rey Teodato, quien lo impuso como el nuevo sumo pontífice, ni el pueblo ni el clero tuvieron oportunidad para decidir en la elección, el rey Teodato solo anuncio que los que se atrevieran a elegir otro pontífice terminarían muertos, de esta forma, Silverio, llego a ser el papa numero 58.
Una vez en la silla papal, Silverio, traiciono a su benefactor, abriéndole las puertas de Roma a Belisario, general de ejército del emperador Justiniano. Teodora, esposa de Justiniano, ni corta ni perezosa, empezó a pedirle favores al papa; que restableciera al patriarca Antimo, que echara a Mennas de la silla de Constantinopla, como el sumo pontífice se negara, fué acusado de querer entregar el imperio a los Godos (lo que es hoy el sur de Suecia) impulsado por el miedo, se rehusó contemporizar con Belisario y se refugió en la iglesia de Santa María la Sabina, acusado públicamente por este, fue llevado y despojado de sus santos hábitos por un subdiácono, enviado a Patara, en Licia ( Turquía) y posteriormente a Palmarola, una isla donde confinaban los criminales que querían que murieran, fue dejado nueve días sin comer para que sucumbiera, como no moría, fue estrangulado( según el historiador M de la Chátre) , y los “defensores de la iglesia” regresaron a Roma, donde ya Vigil, que participó en la conjura, era el Papa 59, con el apoyo de la emperatriz Teodora.
¿Por qué referir una historia tan horrenda? Primeramente para que sepa, querido lector, que la historia eclesiástica no ha sido una leyenda de hadas y una virgen pura, la corrupción no es nueva, bien dijo Lutero en la Dieta de Worms: “A la iglesia le ha faltado poder, pero nunca le ha faltado estomago”. Para que esté al corriente de que constantemente estamos expuestos a cometer los mismos errores, cuando ignoramos los santos principios de la palabra de Dios, cuando creemos que podemos comprar el apostolado, el obispado, y los puestos en el cuerpo de Cristo. Hemos entrado en una época, en que a diario se comercia con la palabra de Dios, se auto imponen ministerios y títulos eclesiásticos, por lo que debemos tener presente el texto del encabezamiento. Pablo está interesado acerca de los requisitos (v. 6). Lo que se destaca es la necesidad no sólo de que sea irreprensible moralmente (mencionado dos veces), sino que tenga una vida de hogar estable. Presumiblemente, si una persona no podía mantener a sus propios hijos en orden, era considerado como inadecuado para el liderazgo de la iglesia, El carácter y las cualidades de los pastores, aquí llamados ancianos y obispos, concuerdan con lo que el apóstol escribió a Timoteo. Puesto que los obispos y sobreveedores del rebaño, deben ser ejemplo para ellos, y mayordomos de Dios para cuidar los asuntos de su casa, hay mucha razón para que sean irreprensibles. Se indica claramente lo que no deben ser y lo que tienen que ser como siervos de Cristo y ministros eficientes de la letra y la práctica del evangelio. Aquí se describe el espíritu y la costumbre que corresponde a los tales, que deben ser ejemplo de buenas obras. ¿Cuántos lideres actualmente pueden llenar estos dos requisitos? El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Más al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. El liderazgo espiritual no se compra, a ese solo entran personas con llamado de Dios. Bengel dice “Cuanto más grande sea el amo, tanto más grandes las virtudes requeridas en el siervo de él, los ministros no son simplemente oficiales de iglesia, sino dispensadores de Dios; el gobierno eclesiástico es de institución divina