La vindicacion de un templo deshonrado Juan 2:12-22

Iglesia Roca de Salvación
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CHICAGO ILLINOIS 60647.
Estados Unidos de Norte América

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Después de esto, él descendió a Capernaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos; y se quedaron allí no muchos días. Estaba próxima la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Halló en el templo a los que vendían vacunos, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados. Y después de hacer un látigo de cuerdas, los echó a todos del templo, junto con las ovejas y los vacunos. Desparramó el dinero de los cambistas y volcó las mesas. A los que vendían palomas les dijo: — ¡Quitad de aquí estas cosas y no hagáis más de la casa de mi Padre casa de mercado! Entonces se acordaron sus discípulos que estaba escrito: El celo por tu casa me consumirá. Los judíos respondieron y le dijeron: — Ya que haces estas cosas, ¿qué señal nos muestras? Respondió Jesús y les dijo: — Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Por tanto los judíos dijeron: — Durante cuarenta y seis años se construyó este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días? Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por esto, cuando fue resucitado de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto y creyeron la Escritura y las palabras que Jesús había dicho. (Reina Valera Actualizada)


Las circunstancias que ocasionaron este acto la conocían muy bien en Jerusalén todos los judíos. Las exigencias de culto en el templo habían ocasionado un abuso flagrante. Los fieles provenientes de lugares remotos de la Tierra Santa, y de más allá, de países lejanos, encontraron la comodidad de poder comprar en el lugar del templo los animales para el sacrificio, y el material de las diferentes ofrendas (sal, harina, aceite, incienso), sin necesidad de tener que acarrearlos desde sus lejanos hogares. Los comerciantes no tardaron en satisfacer esta demanda, a tal grado que competían unos con otros, en esta competencia se acercaron más y más a los recintos sagrados, hasta que alguno, tal vez con el pretexto de la conducción de un animal para el sacrificio, hizo una venta en el Atrio. Este Atrio tenía un área de aproximadamente catorce hectáreas, y estaba separado del patio por una pared muy alta para indicar que se prohibían a los gentiles bajo pena de muerte. Alrededor de este atrio corrían columnas de mármol, ricamente ornamentado, cuatro filas de columnas y un techo de cedro, que ofrecían sombra suficiente para los comerciantes.

Hubo, no sólo los tratantes de ganado y vendedores de palomas, sino también cambiadores de dinero, cada judío tenía que pagar para el tesoro del templo un impuesto anual de medio siclo, y este impuesto podía ser pagado sólo en la moneda sagrada. No la moneda extranjera, con su emblema de la sumisión a un rey extranjero. Así, llegó a haber necesidad de cambiadores de dinero, no sólo para el judío, sino incluso para los habitantes de toda Palestina, como la acuñación de monedas romanas había desplazado el uso del siclo ordinario era necesario cambiarlo

Pudiera parecer, por lo tanto, que hay razón para decir que era un gran favor, un inmenso beneficio. En cualquier caso, se convirtió en uno de los abusos más grandes no solo al ser humano sino también una violación a lo sagrado. Se permite porque contribuye a la conveniencia del público, sin embargo se convierte en un peso oneroso a sus espaldas. En realidad, la práctica dió lugar a consecuencias lamentables. Los tratantes de ganado, cambistas y hombres de negocio, han sido conocidos siempre, como personas que tratan de sacarle la mayor ganancia a su negocio, y los hechos son suficientes para justificar la acción de nuestro Señor, de llamar a este “mercado especial (Cristiano)” “una guarida de ladrones."

Realmente el objetivo de vender animales y materiales para el sacrificio, no era el de enriquecerse, ni de establecer una línea de producción privada, el objetivo de todas estas ventas eran facilitar el culto, y permitir que el adorador tuviera lo necesario para acercarse a Dios. Pero como siempre ha sucedido, perdieron la visión.
¿Qué estará pasando en las iglesias actuales que se han convertido en empresas? Lo mismo que pasó aquí, algo que era necesario, lo convirtieron en una forma sucia, deshonesta, impúdica e indecorosa de hacer dinero.