martes, 10 de noviembre de 2009

Recordar sin resentimientos Filipenses 4:4





FILIPENSES 4:4

¡Regocijaos en el Señor siempre! Otra vez lo digo: ¡Regocijaos!


Unas veces es bueno recordar el pasado y otras es bueno olvidarlo, depende de quien o de que se trate, de que experiencia hayamos vivido. Una amiga Venezolana, escribió en mi pagina Facebook un pensamiento que quiero reproducir a continuación: “Hay un punto en la vida, en el que te das cuenta, quien importa, quien nunca importó y quien siempre importará. De modo que no hay que preocuparse por la gente del pasado; hay una razón por la cual no están en el futuro”. Tomado con prudencia es un buen consejo, llevado al extremo, puede ser fatal, puede que terminemos ignorando cosas y personas que no deberíamos. La responsabilidad de recordar, es una tarea selectiva tan importante, que debemos que ser cuidadosos, nuestra salud espiritual y psicológica depende de saber permitirnos recordar. En este sentido, el filosofo latino Seneca dijo: A menudo es mejor olvidarse de un insulto que vengarlo, realmente como dice el proverbio “el olvido puede ser la forma mas refinada de la venganza”.
El apóstol Pablo tenía un terrible pasado que superar. Le dijo a Timoteo que era el primero de los pecadores. Pero luego de su conversión sintió un gran deseo de conocer a Cristo de una manera mayor. ¿Cómo cumplió este deseo? No esperando que alguien le ayudara, ni mirando hacia atrás y lamentándose por su terrible pasado. Pablo, diligentemente, prosiguió «asido por Cristo Jesús». La singularidad de su propósito le hizo declarar: «Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Filipenses 3.13, 14).
Somos individualmente responsables por la visión que tengamos de la vida. La Biblia dice: «Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará» (Gálatas 6.7). Nuestra actitud y nuestra acción hacia la vida y hacia Dios determinan lo que nos sucede.
Sería imposible calcular el número de empleos que hemos perdido, la cantidad de promociones no logradas, el número de ventas no realizadas y la cantidad de matrimonios arruinados por nuestras actitudes pobres. A diario somos testigos de empleos que aunque se conservan son odiados, y de matrimonios que aunque se toleran son infelices, todo eso porque las personas esperan en otros o en el mundo para cambiar, en vez de comprender que ellas son las únicas responsables por su conducta. Dios es suficiente para producir en ellas el deseo de cambiar, pero la decisión de actuar bajo ese deseo es suya[1].
Es imposible hacer todas las situaciones a la medida para que se ajusten a nuestras vidas perfectamente. Pero es posible hacer nuestras actitudes a la medida para que se ajusten a las situaciones perfectamente. El apóstol Pablo demostró hermosamente esta verdad cuando estaba prisionero en Roma. La verdad es que no había recibido un simple sacudón. El lugar de su confinamiento era frío y obscuro. Sin embargo, escribe a la iglesia de Filipo diciéndoles radiante de gozo: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4.4)



ESTAS REFLEXIONES SON EL PRODUCTO DE LOS TEMAS QUE NOS SOLICITAN LOS LECTORES, POR LO QUE NECESITAMOS MANDE SU TEMA, PARA DESARROLARLO Y COMPARTIRLO

[1] Actitud del Vencedor

No hay comentarios:

VISITE TAMBIÉN


http://joyasdelabiblia.blogspot.com/

http://lecturabiblicaparahoy.com/reflexion/indexComparte.php