martes, 16 de febrero de 2010

Causa y Cura de los errores Salmo 19:12

MINISTERIO DE REFLEXION TEOLOGICA EN LINEA

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¿Quién entenderá los errores? ¡Líbrame de los que me son ocultos!




Los errores son las características inevitables de la imperfección, básicamente cometemos errores porque somos imperfectos. La diferencia vital está en saber que es de hombres errar, de locos permanecer en el error. He cometido los suficientes errores en mi vida, como para ser un experto en la materia
Me he dado cuenta que todos los cristianos sufrimos de una enfermedad común: la de cometer errores sinceros. No me refiero a pecados voluntarios. Los errores pueden conducir al pecado, pero los errores sinceros son simplemente errores. No estamos hablando acerca de una abierta y determinada rebelión. Ni tampoco estamos hablando del engaño demoniaco. Estamos hablando acerca de los errores sinceros, simples, comunes y corrientes, a los cuales todos estamos propensos. Pero estos simples errores, como lo veremos, con frecuencia abren la puerta a la actividad pecaminosa. En este sentido cometer un error significa:
  1. Elegir equivocadamente
  2. Hacer un juicio incorrecto.
  3. Una actitud incorrecta,
  4. Una acción o una declaración que procede de un juicio defectuoso.

Si supiéramos como surgen los errores, no llegaríamos a la perfección, pero si lograríamos salir de la mediocridad y el conformismo que muchas veces nos afecta, si bien la perfección absoluta es inalcanzable, el mejoramiento humano es real y positivo.

ERRORES INCITADOS POR EL PANICO

Estos son errores que invariablemente cometemos por terror, por estar apurados, o como resultado de la preocupación. Nos asustamos y tomamos la decisión equivocada. Este error lo cometió Abraham (Génesis 12:10. (Leer). Recordamos que Dios le había dicho a Abraham: "Tu eres mi escogido. De ti haré una nación, y tu heredad será única. Confía en mi en todos los afanes de esta vida, y de ti haré una nación". Aun le taladraba esta promesa en los oídos, cuando Abraham fue victima del pánico. Leemos: "Hubo entonces hambre en la tierra No había pan ni carne. Aparentemente, tampoco había mucha agua. Las cosas se habían puesto difíciles. Así que Abraham cometió un error: descendió a Egipto. ¿Por que? Por asustarse. Aunque Dios le había dicho que se quedara en Bet-el, que por medio de el levantaría una nación, Abraham se dejo dominar por el pánico y siguió hacia el sur, pues el hambre era severa. Cuando uno comete un error por causa del pánico, simplemente comete el primero, y ese conduce rápidamente al siguiente, y sucesivamente, como si fuera una fila de personas que juega: El segundo error de Abraham siguió al primero: “Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sara su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me mataran a mi, y a ti te reservaran la vida. Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti (Génesis 12:11-13).

ERRORES "BIEN INTENCIONADOS"

Este es un error que se comete por ignorancia, con un motivo absolutamente puro. Usted tiene buenas intenciones, pero usa planificación incorrecta o un método incorrecto. Pensemos en lo que le ocurrió a Moisés en Éxodo 2. Tenía 40 anos de edad. En esta edad mediana, Moisés comprende que el es potencialmente capaz de librar a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Así que se arrolla las mangas y, adelantándose a Frank Sinatra en unos 3.500 años, dice: "Yo lo haré a mi manera". En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salio a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observe a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miro a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mato al egipcio y lo escondió en la arena (Éxodo 2:11,12).
Con un motivo correcto, el de librar a los hebreos para vindicar a los oprimidos, el mato al hombre. Al fin y al cabo, ¿no debía el defender a su hermano hebreo? Su sangre era hebrea, aunque toda su cultura era egipcia. Su deseo era el de defender lo recto, pero sus buenas intenciones lo condujeron a una tragedia: el pecado del asesinato. Con buenas intenciones, usted puede precipitarse adelante, enrollarse las mangas y hacer cosas carnales; y tales cosas mas tarde lo obsesionaran. Es como si decidiéramos hacer la voluntad de Dios a nuestra manera. ¿, Sabe? Esa no es la voluntad de Dios.

ERRORES POR NEGLIGENCIA

Nosotros los hombres sufrimos especialmente por este tipo de errores: los que se cometen por pasividad, por negligencia. En la Biblia se mencionan a menudo, y se relacionan con el hogar, con el papel del padre. Los errores que se cometen por negligencia son resultado de la pereza, de la inconsecuencia, del olvido o simplemente de una falta de disciplina. Permítame presentarle una ilustración, y tal vez usted se asombre. Este hombre fue David. Leemos en 1 Reyes 1:5, 6: Entonces Adonias hijo de Haguit se rebelo, diciendo: Yo reinare. Y se hizo de carros y de gente de a caballo, y de cincuenta hombres que corriesen delante de el. Y su padre nunca le había entristecido en todos sus días con decirle: ¿Por que haces así?
Esa es la negligencia pasiva. Adonias nació como un rebelde, creció como un rebelde, y cuando le llego la edad de la responsabilidad, se negó a ser responsable! Se rebelo, diciendo: "Yo reinare". Parte del problema estuvo en que el padre nunca se enfrento al hijo. David nunca le dijo a su hijo: "Hijo, tu estas propenso hacia la rebelión. Como padre tuyo, soy responsable delante de Dios de frenarte esa inclinación, hacerle frente hasta que tu mismo te puedas controlar". No, David fue como muchos padres. Están demasiado ocupados Preocupados. Y por tanto, son negligentes. Este es un error común entre los padres que tienen éxito y logran grandes realizaciones.

ERRORES CAUSADOS POR LA DESENFRENADA CURIOSIDAD

De todas las clases de errores, este es probablemente el que mas atrae a la juventud, aunque no es exclusivo de la gente joven. La curiosidad desenfrenada generalmente se relaciona con lo sensacional o con lo demoniaco. Todo el mundo de la curiosidad es, en un sentido, una parte muy creadora de nuestras vidas; pero si no frenamos la curiosidad, estamos destinados a meternos en dificultades. En 1 Samuel 28 tenemos la historia de un rey que había perdido su confianza y su poder. Cuando su amigo Samuel murió, el rey Saúl trato de hablar con el a través de una médium espiritista. Se disfrazo, llevo a algunos compañeros y le hizo una visita a la pitonisa por la noche. Hicieron un contrato para hablar con el otro mundo, y pronto estuvieron en contacto. Comenzó como una curiosidad desenfrenada; un error costoso. Condujo a un horrible pecado que finalmente llego a ser parte de la causa de la muerte de Saúl (1 Crónicas 10:13,14).

ERRORES CAUSADOS POR ALGUN PUNTO DEBIL

Estos son los que con más frecuencia repetimos, los que cometemos por ignorancia, por hábito, o aun por una influencia paterna inadecuada. En este caso, somos ciegos a la verdad, y tropezamos en esta clase de error vez tras vez. En la última parte de Hechos 15 se halla el relato de un conflicto entre dos hombres piadosos: Pablo y Bernabé. Juan Marcos, el primer compañero que tuvo Pablo, había desertado en el anterior viaje de evangelización. Cuando estuvieron listos para emprender el siguiente viaje de evangelización, el apóstol Pablo discutió las cosas con Bernabé. Este sugirió que llevaran consigo a Juan Marcos. Pablo se opuso. En la mente de Pablo, Juan Marcos no le era útil. Lo consideraba como uno que había naufragado, un parasito, un fracaso. El tenía un punto débil cuando se trataba de esa debilidad en otras personas. Así que el cometió un error. Posteriormente en su ministerio, Pablo fue suficientemente hombre como para admitir que Marcos le era útil (2 Timoteo 4:11).

LA CURA PARA EL ERROR

El capitulo 19 de los salmos nos dice que hacer con nuestros errores, cual es la cura. Los versos 11 al 14 relatan la voz de errado orando, en su suplica ante Dios, ese es un buen comienzo cuando hemos errado. Aquí tenemos a alguien que ha llegado a estar bajo la influencia de la palabra divina. Es amonestado, “iluminado” y enriquecido (grande galardón) a través de la obediencia a la ley (11); convencido de pecado y presto para pedir perdón (12), le son dadas nuevas aspiraciones y anhelo de ser íntegro (13), “perfecto”, en cada parte e integralmente como un todo como la palabra misma (7) y en particular (14) aceptable a Dios en lo que dice. ¿Cómo se sostendrá la vida de obediencia? Sólo por medio de restaurar al Señor mismo en su Roca de poder y de veracidad, y en su bondad como Redentor, el pariente más cercano que se hace cargo de todas nuestras necesidades .Los errores secretos, como los conspiradores privados, deben ser buscados, o pueden causar daños irreparables; es bueno orar mucho respecto a ellos. SPURGEON

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