miércoles, 3 de marzo de 2010

El valor del amor propio Mateos 19:19

MINISTERIO DE REFLEXION TEOLOGICA EN LINEA

(773)542-9068

Si desea seguir recibiendo estas reflexiones DE LUNES A VIERNES, escribanos
s.gonzalez9068@att.net

http://joyasdelabiblia.blogspot.com (actualizada diariamente)
http://perlitaspastorales.blogspot.com (pentecostalismo clásico)

Amor propio ¿Es pecado?


Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

En estos dos pasajes, que registran dos ocasiones diferentes, Cristo está resumiendo todo el espíritu de la ley de Moisés. El primero es la conversación que Jesús sostiene con un joven moralista judío, (Mat. 19:19), el segundo es la respuesta que Cristo le hace a un grupo de fariseos capciosos (Mat. 22:39). Jesucristo da éste segundo mandamiento sin que el “legista” se lo haya preguntado. La razón es la importancia de este segundo mandato, el olvido o devaluación en que se le tenía frente a otros preceptos ritualistas o minuciosos. Por ejemplo, en el Talmud se atribuía la misma recompensa al amor a los padres que si, al coger a los pajaritos de su nido, se dejase libre a la madre. Es verdad que se leía a veces una mayor valoración del mandamiento del amor al prójimo. En el Testamento de los doce patriarcas se lee: “Amad al Señor durante toda vuestra vida y amaos los unos a los otros de corazón”.Y rabí Aqiba, sobre 130 DC, decía: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo: es el principio fundamental.”Aparentemente los judíos estaban cumpliendo bien la ley, pero era falso, para el judío un prójimo es sólo otro judío, y a lo más el “peregrino” ((ger) que morase con ellos. Los samaritanos, los publícanos y las gentes de mala vida no eran para ellos prójimo; los samaritanos y los publícanos eran positivamente odiados.
Frente a esta mutilación de lo que es prójimo y de los deberes que para él hay, Jesucristo explica el mandamiento del Levítico 19:18 y lo sitúa en el puesto que le corresponde, lo preceptúa en función de Dios. Por eso se da aquí a este mandamiento dos características: la universalidad en el concepto de prójimo, sacándolo de los estrechos límites judíos para darle la universalidad de lo “humano ”; es la doctrina de Cristo, bien sintetizada en la parábola del buen samaritano (Lucas 10:29-37), y que en Lucas es la consecuencia de la doctrina que se expone (Lucas 10:28-29); y también la gravedad e importancia del mismo, al ponerlo, por encima de todas las minucias y pequeñeces del amor de Dios:“No hay otro mandamiento mayor que éstos ”(Marcos).Precisamente el precepto del amor al prójimo es “semejante ” al mandamiento del amor a Dios.“La semejanza está en la caridad, que no va al prójimo sino por amor de Dios.” Pero lo que aquí también se urge es la gran obligación _”semejante al primero” _ de la práctica del amor al “prójimo”.

Cuando me propuse hacer referencia a éste pasaje, mi propósito era ir más allá. El pasaje dice que debo amar al prójimo como me amo yo. En la justa proporción en la que me ame y valore, yo debo amar y valorar al prójimo, ¿y si yo no me amo? ¿Si no me trato con dignidad? Algunos piensan que uno no debe amarse a si mismo, no debo amar mi propia vida, debo odiarme, despreciarme. La experiencia ha demostrado que las personas que no se aman y se valoran, están incapacitadas para ser útiles y felices, no pueden amar a nadie, las relaciones interpersonales de una persona que tiene la imagen dañada son tumultuosas y enfermizas, si es que puede llegar a tener alguna relación. Toda relación sana está basada en una autovaloración correcta, carecer de ella es estar imposibilitados para relacionarnos, sea con Dios o con nuestros semejantes. Los que abogan por el auto rechazo y la autoinmolación supuestamente encuentran apoyo bíblico en Juan 12:25 “El que ama su vida, la pierde; pero el que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”. Este texto no está enseñando el desapego a la vida, ni está diciendo que debemos despreciarnos, de lo que esta hablando el texto es que el que sirve a Cristo ha de “seguirle.” Donde Cristo está, también deberá estar él. Si él está ahora en la muerte, también el servidor ha de “seguirle” por este camino. Es el tema tan repetido por los sinópticos: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mateos 16:24 par.). En Juan, frecuentemente, el “mundo” tiene el sentido de los hombres malos. Por eso, el que quiera “guardarla” intacta y preservarla (Juan 17:12) para la vida eterna, ha de perderla para la vida de este “mundo”. “Odiar” es el modo semita, hiperbólico y rotundo, de expresar lo que no se quiere o no se debe hacer (Deuteronomio 21:15; Romanos 9:13; Mateos 10:37; comp. Lucas 14:26).

Otro de los textos favoritos para abogar por el desprecio a uno mismo es Mateos 5:39 “Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra”. Según la interpretación generalizada es que uno debe permitir que lo agarren de carpeta de piso y en sima de eso, estar feliz. Perdóneme, en esta ocasión Cristo estaba hablando en contra de la ley del talión, ojo por ojo y diente por diente.

La llamada “ley del talión” toma su nombre de su incorporación a la ley romana .Las frases con que aparece citada eran las primeras con las que aparece formulada en la Ley (Éxodo 21:24.25; Deuteronomio 19:18.21).Era la ley vigente en el Oriente bíblico. Es la ley de código de Hammurabi. Esta legislación, tan chocante con la mentalidad moderna, nacía precisamente de un espíritu de justicia y moderación. Si la injusticia privada fácilmente degenera en reyerta y ésta en abuso, para prevenir y evitar éstos la “ley del talión establecía la justa retribución por el daño hecho, ni menos ni más.” Era la justicia tasada materialmente: “Ojo por ojo,” pero no más que el equivalente material de la ofensa hecha. Esta justicia que va a exponer Cristo no es la abolición de la justicia pública, necesaria para la existencia misma de la sociedad. El mismo dijo:“Dad al César.” ;ni tampoco trata de que sus seguidores renuncien a sus derechos ante la justicia pública, pues se haría la vida “humana ” imposible en multitud de casos..El mismo hará ver esto con su ejemplo (Juan 18:22.23). Lo que Cristo enseña, en una forma oriental, concreta, extremista y paradójica, es cuál ha de ser el espíritu generoso de caridad que han de tener sus discípulos en la práctica misma de sus derechos de justicia. Cuando Jesús se refirió a odiar a nuestros padres, madres, hermanas e hijos, no estaba promoviendo un estilo de vida de odio interpersonal. Lo que Cristo estaba enseñando era que odiaran cualquier cosa, incluyendo situaciones propias, que pudieran romper la relación con el.

La Biblia es amplia en señalar la valoración que yo debo tener de mi mismo.
  1. Debemos amar lo que Dios ama. Dios nos ama a nosotros, a tal punto que entregó a su Hijo para que muriese por nosotros, eso demuestra nuestra valía ante Dios.
  2. Debemos valorar la verdad de que Dios nos ama, cuando nos auto-despreciarnos, estamos ignorando, conciente o inconcientemente la verdad del amor de Dios para nosotros. “Jehovah me ha aparecido desde hace mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia”.
  3. Debemos valorar la verdad de que Dios tiene un plan y un propósito para nosotros. “Porque yo sé los planes que tengo acerca de vosotros, dice Jehovah, planes de bienestar y no de mal, para daros porvenir y esperanza”.
  4. No debemos tener un amor arrogante sino ágape. El amor ágape, busca el mayor bien de otra persona, haciendo lo que es mejor para ella. El amor ágape no es un sentimiento basado en una pasión, sino un compromiso basado en un principio.

1 comentario:

Rayed dijo...

Hola Gracias por compartir su conocimiento en la Palabra de Dios. Estoy buscando informacion acerca el auto estima. Lei otros articulos cristianos donde muestran el amor propio como malo.

Estoy confundido, sus pensamientos y gui me an servido a clarificar mi pensar un poco.

VISITE TAMBIÉN


http://joyasdelabiblia.blogspot.com/

http://lecturabiblicaparahoy.com/reflexion/indexComparte.php