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ALMA VICTIMA
Ezequiel 18:4 y 20
He aquí que todas las almas son mías; tanto el alma del padre como el alma del hijo son mías. El alma que peca, ésa morirá. El alma que peca, ésa morirá. El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre cargará con el pecado del hijo. La justicia del justo será sobre él, y la injusticia del impío será sobre él.
Quizás algunos de los lectores no sepa que significa “Alma Victima”. En la teología católica se denomina "alma víctima" a quien se ofrece a sufrir en reparación por los pecados de otros, y de si mismo, cargan sobre si los sufrimientos de otros, y la consecuencia del pecado en el mundo. Se ofrecen en reparación, en expiación a Nuestro Señor por tantas ofensas, sacrilegios, desprecios, y por la conversión de los pecadores.
Nosotros enfatizamos y creemos en la responsabilidad personal, cada persona es responsable por su salvación. Uno de los problemas morales que plantea el Antiguo Testamento. es el de la responsabilidad colectiva e individual. Dada la mentalidad semítica sobre la solidaridad del clan, generalmente se admitía antes del exilio que las buenas o malas obras de los individuos debían ser participadas por la colectividad. Todos eran solidarios en el bien y en el mal de los individuos. La catástrofe del exilio hizo que el problema se estudiara más a fondo.
¿Por qué la generación contemporánea de Ezequiel pagaba por los pecados de sus antepasados?“Los padres comieron las uvas agrias, y los hijos sufren la dentera,” es el proverbio irónico que corre entre los exilados. Dios no parecía justo en la distribución de sus bendiciones y castigos, y, por tanto, no merecía molestarse en ser justo. Los exilados empezaban a sentirse escépticos, y el profeta se ve obligado a aclarar la doctrina sobre la retribución. Dios es justo y dará a cada uno lo que merece. Este es el tema del presente capítulo, de gran profundidad moral. La doctrina aquí expuesta le ha merecido a Ezequiel el título de “campeón del individualismo en el Antiguo Testamento.” Sin duda que es un gran avance doctrinal en lo referente a la retribución, supuesta la mentalidad dominante en los profetas anteriores al exilio. Ezequiel quiere esclarecer el problema. En realidad, cada uno sufrirá por sus propias Iniquidades, porque todos, padres e hijos, son de Jehová; mías son las almas todas, lo mismo la del padre que la del hijo; por consiguiente, todos en principio están en plan de igualdad respecto de Dios. Sólo sus obras las diversifican, en cuanto que el pecado aleja de Dios y atrae sobre él el castigo, mientras que las buenas obras acercan a Dios y les traen las bendiciones de todo género.
A manera de resumen, vamos a esbozar todas las doctrinas de este capitulo, tan central para la teología novo testamentaria.
- Todas las almas son de Dios(Vr4). Dios es el autor y dador de la vida, es el padre de los espíritus.
- Cada alma es individualmente responsable ante Dios ( Verso 4,20) . Nadie puede morir por el pecado de nadie. Cada uno dará a Dios cuenta de si. Nadie es condenado por el pecado de Adán, pues todos pecaron.
- La condición para vivir es la justicia (verso 5-9).El hombre justo vivirá, ser justo es ser sinceros, legítimos, rectos ante Dios.
- La maldad es el camino que lleva a la muerte( Verso 20). En este pasaje la palabra maldad equivale a alegalidad, lo opuesto a los justos que son legítimos.
- El pecado y la muerte son inseparables. “El alma que pecare morirá”. La paga es algo que uno se ha ganado merecidamente, y que debe ser pagado por justicia. Eso es la muerte, la debida retribución al pecado.
- Dios no se complace en la muerte de los malvados (Verso 23). En la naturaleza de Dios no existe tendencia a la venganza ni al deseo de muerte para el impío. El hombre es culpable de su perdición eterna.
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